La monjita, Bin Laden y Haití
Por: Tony Pérez
SANTO DOMINGO, Rep. Dominicana.- Se esfuma a paso de gigante la burbuja mediática sobre el terremoto del 12 de enero, en Haití, causante de 300 mil muertos y daños reparables en al menos 25 años con una inversión que, según el BID, supera los 14 mil millones de dólares.
O sea, a menos de dos meses, comienzan a borrar de la memoria colectiva el desastre más grande de la historia moderna. Y saben por qué. La hija mejor del tirano Trujillo (1930-1961), Angelita, ha dejado por un rato la buena vida de Miami para venir al país a publicar, este jueves, su libro-memoria “Trujillo, mi padre”, el cual dizque revela nombres de personas que se beneficiaron del régimen y son responsables de miles de muertes en todo el país.
Ella es la noticia de primera en periódicos, radio y televisión, con la correspondiente ayuda de Internet. Y de paso, su hijo menor, Ramfis Domínguez Trujillo, también se ha llevado su colita de figureo con sus amagos mercadológicos.
¡Válgame, Dios! Como va el panorama, ella será beatificada junto a su gran padre, un criminal de lesa humanidad. Y su hijo, ordenado sacerdote.
Eso solo sucede en el democratismo que vivimos en Santo Domingo, donde cualquiera, incluidos los matones, pueden venir y burlarse del país sin que nadie los encarcele.
A Angelita y a su hijo jamás se les ocurriría reivindicar el nombre de Osama Bin Laden en Estados Unidos, presentándolo como padre de la patria. Y eso que el terrorista que se atribuye la destrucción de las simbólicas Torres Gemelas (World Trade Center, NY), donde murieron unas 3 mil personas, es un “chivito jarto e jobos” frente a un Trujillo que comenzó su final con el asesinato de las tres hermanas Mirabal.
Ante esta sanguinolenta visita, me pregunto: ¿por qué a los narcos y demás responsables de lavado de activo les incautan hasta la respiración cuando los apresan, mientras a los Trujillo sucesores, enriquecidos con dinero estatal y responsables de la más cruel tiranía de América, les celebran tanto?
Solo puedo entenderlo desde la perspectiva de la complicidad local. O desde la carencia de compromiso social de muchos medios de in-comunicación.
Ya que la monjita y a su tierno hijo han entrado al país “como Pedro por su casa”, solo nos queda exigirle que citen los nombres de todos los asesinos, muertos y vivos, que acompañaron a su papá, el Dios Trujillo, durante tres décadas de dominio férreo y palabra prohibida. Porque sería el colmo que se tratase de un ardid publicitario para convertir en best-seller una narrativa azarosa.
Ella y su hijo Ramfito, sin embargo, no me harán olvidar al Haití que su Dios agredió, y menos a las provincias fronterizas que también humilló.
¡Malvenidos sean!
tonypedernales@yahoo.com.ar
http://noticiassin.com/www/index.php?go=Display&act=display_article&tid=10&aid=13502
SANTO DOMINGO, Rep. Dominicana.- Se esfuma a paso de gigante la burbuja mediática sobre el terremoto del 12 de enero, en Haití, causante de 300 mil muertos y daños reparables en al menos 25 años con una inversión que, según el BID, supera los 14 mil millones de dólares.
O sea, a menos de dos meses, comienzan a borrar de la memoria colectiva el desastre más grande de la historia moderna. Y saben por qué. La hija mejor del tirano Trujillo (1930-1961), Angelita, ha dejado por un rato la buena vida de Miami para venir al país a publicar, este jueves, su libro-memoria “Trujillo, mi padre”, el cual dizque revela nombres de personas que se beneficiaron del régimen y son responsables de miles de muertes en todo el país.
Ella es la noticia de primera en periódicos, radio y televisión, con la correspondiente ayuda de Internet. Y de paso, su hijo menor, Ramfis Domínguez Trujillo, también se ha llevado su colita de figureo con sus amagos mercadológicos.
¡Válgame, Dios! Como va el panorama, ella será beatificada junto a su gran padre, un criminal de lesa humanidad. Y su hijo, ordenado sacerdote.
Eso solo sucede en el democratismo que vivimos en Santo Domingo, donde cualquiera, incluidos los matones, pueden venir y burlarse del país sin que nadie los encarcele.
A Angelita y a su hijo jamás se les ocurriría reivindicar el nombre de Osama Bin Laden en Estados Unidos, presentándolo como padre de la patria. Y eso que el terrorista que se atribuye la destrucción de las simbólicas Torres Gemelas (World Trade Center, NY), donde murieron unas 3 mil personas, es un “chivito jarto e jobos” frente a un Trujillo que comenzó su final con el asesinato de las tres hermanas Mirabal.
Ante esta sanguinolenta visita, me pregunto: ¿por qué a los narcos y demás responsables de lavado de activo les incautan hasta la respiración cuando los apresan, mientras a los Trujillo sucesores, enriquecidos con dinero estatal y responsables de la más cruel tiranía de América, les celebran tanto?
Solo puedo entenderlo desde la perspectiva de la complicidad local. O desde la carencia de compromiso social de muchos medios de in-comunicación.
Ya que la monjita y a su tierno hijo han entrado al país “como Pedro por su casa”, solo nos queda exigirle que citen los nombres de todos los asesinos, muertos y vivos, que acompañaron a su papá, el Dios Trujillo, durante tres décadas de dominio férreo y palabra prohibida. Porque sería el colmo que se tratase de un ardid publicitario para convertir en best-seller una narrativa azarosa.
Ella y su hijo Ramfito, sin embargo, no me harán olvidar al Haití que su Dios agredió, y menos a las provincias fronterizas que también humilló.
¡Malvenidos sean!
tonypedernales@yahoo.com.ar
http://noticiassin.com/www/index.php?go=Display&act=display_article&tid=10&aid=13502
Comentarios