Urge censo y ubicación de refugios

Por Raquel Ortega

TENARES. Prov. Hermanas Mirabal.- Al resaltar que “en este país se diseña para champagne y se construye para mabí”, el ex director del Instituto Sismológico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Roger Acosta Segura, ha criticado aquí la vulnerabilidad de muchas de la edificaciones levantadas en el territorio nacional y ha urgido la realización de un censo sismológico y la identificación de suficientes refugios con la participación de la gente a fin de evitar muertes cuando ocurra un terremoto.

 “Aquí todo el mundo construye sin tener la formación para ello, y sin la mínima supervisión, lo cual nos pone en grave riesgo si tomamos en cuenta la agitada historia de los terremotos en la isla”, ha expresado el experto durante un taller organizado por el Colegio Dominicano de Periodistas, seccional Hermanas Mirabal, en alianza estratégica con la Iglesia Adventista de este municipio y la filial provincial del Sindicato de Trabajadores de la Prensa.

Lamentó la escasez de lugares calificados por las autoridades como refugios. “No solo son pequeños, sino que la población desconoce su ubicación”, precisó.

 Por la carencia de supervisión  --consideró--, en provincias como Santiago, Espaillat, Hermanas Mirabal, San Francisco de Macorís, La Vega y María Trinidad Sánchez han vuelto a construir edificaciones privadas y públicas con más de cuatro pisos sobre terrenos muy vulnerables donde antes habían colapsado viviendas unifamiliares a causa de los mencionados fenómenos naturales.

Según el presidente de la Sociedad Dominicana de Prevención y Protección Sísmica, las infraestructuras peor construidas son los edificios para escuelas y oficinas públicas que registran gran circulación de seres humanos, sobre todo niños y niñas.

 Refirió el físico que las tierras del Cibao son muy buenas para la agricultura, pero muy malas para la construcción por su característica arcillosa, y aconsejó no aventurarse en edificaciones sin el apoyo de profesionales verdaderos y honestos.

Advirtió sin embargo que la isla entera está en riesgo dada la cantidad de fallas tectónicas (12), que la cruzan por los cuatro costados, y recomendó prestar atención a la cadena de microsismos y sismos ocurridos desde enero porque,  a su juicio, “eso no nos libera necesariamente de un gran terremoto”.

 Para él, un diagnóstico ayudaría a determinar la calidad de las infraestructuras públicas y privadas y, a partir de ello, diseñar y ejecutar un plan de reforzamiento que aminore el impacto de un seísmo con magnitud mayor a siete grados Richter.

 Durante el taller desarrollado la tarde del 4 de febrero en el local principal de la Iglesia Adventista, el pastor José Vásquez garantizó la integración a trabajos de prevención de una brigada de 125 jóvenes. El CDP-Hermanas Mirabal ejecuta un conjunto de actividades con el objetivo mejorar el servicio de información mediática y contribuir a una cultura de prevención y mitigación de daños, destacó su secretaria general Raquel Ortega.